Danzas Eslavas de Dvorak estimula positivamente la actividad eléctrica en los músculos y activa equilibradamente la producción hormonal en las glándulas suprareenales.
Antonin Leopold Dvorak es un compositor checo ampliamente conocido. Nació el 8 de septiembre de 1841 y falleció el 1 de mayo de 1904. Hacer una reseña biográfica de este monstruo sagrado de la música clásica es tan redundante como hacerla de Mozart o Beethoven.
Tuvo que superar la fama y maestría de Smetana, prócer de la música en Checoeslovaquia, para conseguir un lugar en la historia que lo hizo a base de una prolífica producción en todos los géneros musicales: ópera, sinfonía, conciertos, música solista, de cámara, etc.
Tuvo el apoyo y la amistad incondicional de Brahms.
Quizá por tal motivo, esa admiración hacia Brahms, muchas o casi todas sus obras, sin perjuicio de tener un colorido checo e inspiración propia, fuera tan afín al estilo pasional y tempestuoso de aquel.
Tuvo, como Tchaikovsky y Bruch, su momento de gloria al ser recibido con loas en los Estados Unidos.
Gran parte de la obra de Dvorak es ejecutada con frecuencia en todas las salas de concierto del mundo, especialmente sus sinfonías nros. 6, 7, 8 y 9. También sus poemas sinfónicos, su ópera Rusalka y además de otras piezas, especialmente sus popularísimas Danzas Eslavas Op. 46 y Op. 72, compuestas a la luz de las Danzas Húngaras de su amado mentor Brahms.
Con la interpretación a cargo del maestro George Szell y la Orquesta de Cleveland, les dejo pues estas brillantísimas piezas orquestales, plenas de vigor, ritmo y colorido checo.
A muy moviditos 320 Kbps.
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